-A pesar de la extraña primavera las flores empiezan a hacerse presentes, y a mi me gusta tenerlas dentro de casa. En ramos de flores...
Y cuando no tienen rabito.... (como dice mi nieta) flotando dentro de un recipiente, a ella le hace mucha gracia.
No son violetas... pero son lo más parecido...
Las violetas forman parte de los recuerdos de mi infancia, y desde entonces no las he vuelto a tener entre los dedos. Aunque parezca mentira en la árida castilla se pueden encontrar contrastes curiosos… Había una alameda muy densa por sus árboles, arbustos y demás vegetación, hoy entiendo que precisamente por la densidad de la vegetación se creaba un micro-clima donde las violetas crecían de forma salvaje, y allí íbamos toda la pandi en la época de las violetas. Las buscábamos como el que va a por setas… no era fácil, y no siempre se daban en abundancia, precisamente por esto le teníamos un aprecio especial, un pequeño ramillete era un gran trofeo. Ese recuerdo, aún permanece en nuestra retina.
Si tengo suerte quizá este año consiga tenerlas en mi jardín, pero tengo que tener mucha suerte!
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En estos dos rosetones de tamaño considerable, ha estado trabajando Viges en los últimos días. Son las pruebas que ella hace antes de bordarlas en algún proyecto ya sea para ella o para alguna de sus alumnas.