Creo que en la familia de los bolsos no ha habido otro, que haya tenido tanto éxito como la famosa Valisette. Las funciones a la que se le ha sometido son múltiples. Creo que es adictiva, porque no nos cansamos de hacerla. Y es que las posibilidades de decorarla con diferentes telas o bordados es infinita, y esto a las amantes de las telas bonitas nos encanta. En este caso, lino con lunares rojos y unos restos de tela de la famosa, French General.
Aquí la que presento, es con la intención de que sirva como neceser, pero la dueña a la que va destinada bien puede emplearla para lo que quiera.Una viajera obligada por el trabajo, con la maleta siempre hecha. ¡Ojo! cuidado con los hoteles, La Valisette siempre dice, llévame...
Como la lencería de cama me gusta, no lo puedo evitar, Siempre encuentro la escusa para solidarizarme cada día más con el antiguo percal de algodón. Dormir envuelta entre ellas es una gozada. Una puntilla sencilla y unas letras, son suficientes para hacerlas diferentes.
Últimamente los jabones nos han tenido entretenidas. Es una lástima no poder oler el perfume a través de la pantalla... Están de muerte, no te das cuenta y se convierte en un vicio y en algo imprescindible diariamente. Son para usar, no para hacer bonito.
¡Feliz fin de semana!